Rafa Badía
BARCELONA Y LA POÉTICA DE LO COTIDIANO
por Rafa Badía
Creo en la poética de lo cotidiano, y no solo en aquella que tiene lugar en el ámbito privado. Creo que existe una lírica urbana, que se pueden crear imágenes que vayan más allá de las apariencias y generen, en el espectador, un sentimiento. La melancolía, la nostalgia o la euforia pueden expresarse con el uso de las luces, las formas, los colores o la escala de grises de una fotografía en blanco y negro.
Al menos eso es lo que yo llevo intentando desde hace más de 25 años, cuando elegí las calles de Barcelona como tema fotográfico. Mi empeño es capturar instantes de una realidad rica y variada. No necesito grandes momentos estelares, situaciones dramáticas ni eventos culminantes, de esos que pasan a la Historia con mayúsculas. Me parecen interesantes y hermosas las personas comunes y corrientes enfrascadas en sus asuntos: disfrutando un café en una terraza, absortos mientras hacen una cola o se apresuran para no perder el autobús que los lleve de vuelta a casa.
Los habitantes y turistas son los actores principales, pero no menos importante es el escenario: las calles, plazas, parques e, incluso, las playas de Barcelona son el continente donde se desarrollan miles, millones de pequeñas historias interesantes. También importan los detalles, los objetos presentes en la vía pública que hablan mucho, a veces demasiado, de cómo usamos los ciudadanos el espacio compartido.
Me encanta el pequeño reto de intentar capturar un instante revelador, congelarlo en el tiempo. Para ello se debe estar atento y tratar de representarlo de manera honesta, siempre respetuosa con quienes se hallan frente al objetivo de la cámara. Quiero pensar que, tal vez, lo he conseguido.
Rafa Badía (Santa Cruz de Tenerife, 1964) es fotógrafo, editor gráfico y profesor especializado en narrativa fotográfica y fotografía documental. Licenciado en Ciencias de la Información (Comunicación Audiovisual) por la Universidad Complutense de Madrid en 1987. Su vida profesional se ha centrado en el ámbito de la imagen fotográfica, ejerciendo como autor, editor gráfico para publicaciones y docente en escuelas de fotografía y universidades en España. Reside en Barcelona desde 1994 y ha publicado dos libros de fotografía sobre la capital catalana: “A Barcelona” (Ed. Arola, 2009) y “Barcelona Blues” (GrisartMedia, 2015).
Las fotografías de Rafa Badía en el programa de RTVE La Aventura del Saber. Diciembre, 2021.
"Años en plata" de Rafa en el programa de RTVE La Aventura del Saber. Diciembre, 2023.
AÑOS EN PLATA
Aquellos años nunca volverán. Ha cambiado el mundo, he cambiado yo, ha cambiado la fotografía. Permitidme atesorarlos: son el indicio de un tiempo, mi juventud, que viví en presente perfecto.
La mayoría de estas imágenes se realizaron cubriendo encargos para la sección de Viajes de el diario El País. Las más antiguas fueron realizadas en 1988, cuando contaba 24 años; las últimas una década más tarde, ya instalado en Barcelona, mientras me ganaba la vida como editor gráfico.
Todas ellas son fruto de una pulsión, fotografiar, que iba mucho mas allá del encargo profesional. Las fotos que muestro fueron creadas con cámaras de paso universal, armadas con lentes fijas de 35, 50 y 85 milímetros, sin autofoco ni motor de arrastre de película. Siempre utilicé emulsión en blanco y negro de 400 ISO. Todas fueron resueltas con luz natural, a mano alzada, sin el apoyo de
un flash o la ayuda de un trípode.
Las fotos de este periodo están rescatadas de dos maletines repletos con los clichés de más de un millar de carretes. Yo realizaba todo el proceso: toma fotográfica, revelado de negativo y copiado en papel. Este último paso solía hacerlo en laboratorios improvisados en cocinas y baños mal ventilados. Era una tarea insalubre que tuve que abandonar con el cambio del siglo. Al igual que Danny Lyon, puedo decir que, literalmente, llevo los químicos en las venas. Estos fueron mis “años de plata”. Todo lo que he dicho y hecho en torno a la fotografía se gestó en aquellos días. Al veinteañero que fui le emocionaría saber que, en pleno siglo XXI, un puñado de amantes de las fotos se interesan por este testimonio de un oficio, una pasión y una manera de entender la vida.