Paco Díaz
En las piezas de Paco Díaz se juega a la superposición chocante. El verbo jugar no es caprichoso, porque una cierta voluntad lúdica parece manifiesta en aquellas obras que proponen conjurar el horror vacui a través de la acumulación de objetos pop y formas enigmáticas. En esa estrategia de confluencia, conviven, como en una fusión de Universos Paralelos, construcciones de sofisticada arquitectura que sugieren refugios infantiles, estilizaciones de cabañas en el bosque, casas encima del mundo, casas para siempre, trincheras existenciales. O surgen, entre monumentos funerarios, inesperadas escaleras que se pierden en cielos plomizos.
Pinturas y fotografías en donde se habla de la necesidad de salir fuera de nuestros límites para descubrir aquello que queda oculto. Ciudades invisibles que bien podrían ser una respuesta visual a las descritas por Italo Calvino. Aquella sucesión de ciudades escondidas, sutiles, semánticas y visuales, saturadas de recuerdos, que despertaban el deseo y, por supuesto, que rememoraban la muerte.
Obras que tienen el afán de desconcertar porque lo que muestran podría ser real o bien, imágenes que hasta un niño puede ver como algo falso, un artificio contextual que forma parte de un mundo paralelo con sus propias reglas. Algo no tan alejado de los frescos barrocos, cuyo objetivo era hacer creíble lo imposible: el paraíso.
Paradojas que se resisten a esclarecer si hay que leer en ellas una reflexión sobre la tradición y la modernidad, un ejercicio de melancolía, un mensaje ideológico, o quizá, un comentario irónico ¿no hay un juego tremendo en hermanar la casa para siempre del camposanto con la casa encima del mundo de las ilusiones de juventud?
Contrastes entre la consciencia y el sueño; entre lo táctil y lo volátil; entre los historicismos del XIX y las arquitecturas de vanguardia; entre lo grave y lo pueril; entre lo definido y lo abstracto… porque todo eso forma parte de la vida y de su contrario.
La obra de Paco Díaz en el programa de RTVE La Aventura del Saber, Junio 2018.