María Tudela

María Tudela es enfermera en su ciudad natal, Lorca. Descubrió por casualidad la fotografía hace menos de una década y desde entonces dedica parte de su tiempo libre a hacer fotos. Más interesada en transmitir y provocar sensaciones que en la conjunción de parámetros técnicos, nos ofrece una fotografía onírica y melancólica, donde la autora afirma no seguir reglas ni normas. Mantiene la teoría de que fotografiar, es una pasión que se disfruta mayoritariamente en soledad e intimidad con uno mismo, provocando la paradoja de encontrarnos cada vez que apretamos el disparador, pero también de perdernos al mismo tiempo. Su vinculación a la Naturaleza la lleva a querer captar detalles indefinidos e intentar plasmarlos con el objetivo de su cámara... Todo ello bajo un prisma personal. Aunque toma como referencia básicamente la Naturaleza y la cotidianidad, no se limita a ofrecérnosla tal y como es… No es esa su intención. Sus personajes anónimos, formas humanas, objetos o paisajes se distancian de una realidad perfecta para crear mundos delicados, evanescentes y poéticos , en los que es fácil perderse dejando libre el vuelo a la imaginación. Trata y manipula de forma exquisita las imágenes, las texturas, y el difuminado intencionado siempre presente en sus obras, parece situarnos ante una fotografía de otra época. Pero siempre en sus obras está presente la sugerencia suficiente para abrir puertas distintas en la mente de cada espectador. Las fotografías imperfectas de María Tudela, como ella misma las define, ante todo, nos invitan a un viaje directo a nuestras emociones. Pero, ¿qué hay de real o de ficción en su obra? Quizá la respuesta sea: ¿Acaso Importa? Como afirma la artista: “Lo importante es dotar de vida a la imagen”. Y lo consigue, porque cada imagen de María es un mensaje por descifrar , una historia por desvelar o, simplemente, un instante que nos invita no solo a contemplar .
Las fotografías de María Tudela en el programa de RTVE La Aventura del Saber. Octubre, 2019.
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Cada día amo más el silencio, ese espacio que invita a detenerse, a respirar, y a nada más. La simplicidad de este proceso siempre me ha cautivado. Tras años dedicados a la fotografía, he llegado a la conclusión de que, con mi cámara, ese 'nada' se transforma en 'todo': en percibir, observar y contemplar. Es un medio para sintonizar con lo que la naturaleza tiene que mostrarme, para sumergirme en ella, saborearla, amarla, sentirme parte del mundo y fundirme con él. En esencia, ese recogimiento se convierte en el marco perfecto para reencontrarme conmigo misma.
No podría crear sin esa calma. Hay algo en la quietud que me atrae profundamente. Aunque no sé con certeza si fue el silencio lo que me condujo a la fotografía o si, al contrario, la fotografía me enseñó a apreciarlo, hoy no puedo concebir uno sin lo otro.
Partiendo de la idea de que el silencio como tal no existe, sino que lo que llamamos silencio es su representación, lo veo como algo dinámico. No es necesariamente calmo ni prudente, tampoco discreto o siquiera callado. Sin embargo, tiene una capacidad inmensa para significar. Definirlo en una imagen no es sencillo, ya que no se puede ver, pero sí sentir. Aun así, eso no hace menos compleja la tarea de capturar su esencia, o de medir el grado de recepción.
María Tudela logra evocar la serenidad en sus imágenes mediante el uso de elementos visuales y conceptuales como la niebla, el vacío, la oscuridad, la soledad, el minimalismo y la ambigüedad narrativa. Estos elementos no solo enriquecen su mirada, sino que, junto con el desenfoque selectivo y las texturas, buscan transmitir ese instante tal como ella lo experimentó.
'No pretendo simplemente imponer o provocar un momento de calma', comenta María, 'sino que busco un relato visual donde el silencio se sugiera, dejando al observador la libertad de crearlo'. Su obra está llena de imágenes que revelan un mundo en reposo, y otras que te envuelven en cierta pausa reflexiva.
Al fin y al cabo, ¿qué es una fotografía sino un silencio lleno de significado, tal como ella misma lo define?