En las obras de Javier Aquilué las escenas, gestos y situaciones más cotidianas se revelan extrañas; excediendo el límite de lo plausible, pero nunca declaradamente fantásticas. Parecen desgajadas de su contexto, “desmontadas” del continuo narrativo del que formaban parte, suspendidas ante la mirada. Al mismo tiempo, vibran con la tensión de los modelos que, antes de la invención de la fotografía, habían de mantenerse congelados largo rato en la misma posición. Así, las imágenes se convierten en enigmas que imploran un sentido, que reclaman la imaginación y la elucubración.

 

En ocasiones, Aquilué insufla un matiz cómico o inquietante en las imágenes. La risa y la inquietud funcionan aquí como indicadores de lo inesperado, como el salto en la aguja del sismógrafo.

 

Encontramos en los títulos, en ciertos detalles aquí y allá, pistas que remiten a otras obras de la historia del arte, de la performance o del conceptualismo. Descubrimos preocupaciones subyacentes sobre la precariedad del panorama cultural, sobre la supervivencia de las imágenes a través del tiempo, y sobre la normalización del desamparo en las sociedades contemporáneas. En su obra reciente los personajes se nos presentan desubicados, errantes a la intemperie bajo un cielo raso en paisajes desolados. Cuando dibuja, Aquilué calca o escanea el proceso para luego borrar el dibujo terminado y exhibir su desaparición. Para el artista, su tarea consiste en poner de manifiesto la enorme cantidad de sentido que queda no dicho mediante los códigos convencionales de la comunicación. Todas sus imágenes comparten el carácter evanescente y escurridizo de los fantasmas.

 

 

 

www.javieraquilue.net

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Las pinturas de Javier en el programa de RTVE La Aventura del Saber. Abril, 2025.